Analizador de turbidez en línea TBG-2088S/P

La turbidez, una medida de la turbidez en líquidos, se ha reconocido como un indicador simple y básico de la calidad del agua. Se ha utilizado para monitorear el agua potable, incluyendo la producida por filtración, durante décadas. La medición de la turbidez implica el uso de un haz de luz, con características definidas, para determinar la presencia semicuantitativa de material particulado presente en el agua u otra muestra de fluido. Este haz de luz se denomina haz de luz incidente. El material presente en el agua provoca la dispersión del haz de luz incidente, que se detecta y cuantifica con respecto a un estándar de calibración trazable. Cuanto mayor sea la cantidad de material particulado presente en una muestra, mayor será la dispersión del haz de luz incidente y mayor la turbidez resultante.

Cualquier partícula dentro de una muestra que pase a través de una fuente de luz incidente definida (a menudo una lámpara incandescente, un diodo emisor de luz (LED) o un diodo láser), puede contribuir a la turbidez general de la muestra. El objetivo de la filtración es eliminar partículas de cualquier muestra dada. Cuando los sistemas de filtración funcionan correctamente y se monitorean con un turbidímetro, la turbidez del efluente se caracterizará por una medición baja y estable. Algunos turbidímetros pierden eficacia en aguas ultralimpias, donde el tamaño y el recuento de partículas son muy bajos. En aquellos turbidímetros que carecen de sensibilidad a estos niveles bajos, los cambios de turbidez que resultan de una ruptura del filtro pueden ser tan pequeños que se vuelven indistinguibles del ruido de la línea base de turbidez del instrumento.

Este ruido de referencia tiene varias fuentes, incluyendo el ruido inherente del instrumento (ruido electrónico), la luz parásita del instrumento, el ruido de la muestra y el ruido en la propia fuente de luz. Estas interferencias son aditivas y se convierten en la principal fuente de respuestas de turbidez falsamente positivas, pudiendo afectar negativamente el límite de detección del instrumento.

El tema de los estándares en la medición turbidimétrica se complica en parte por la variedad de tipos de estándares de uso común y aceptables para fines de informes por organizaciones como la USEPA y Standard Methods, y en parte por la terminología o definición que se les aplica. En la 19.ª edición de Standard Methods for the Examination of Water and Wastewater, se aclaró la definición de estándares primarios frente a secundarios. Standard Methods define un estándar primario como aquel que es preparado por el usuario a partir de materias primas trazables, utilizando metodologías precisas y en condiciones ambientales controladas. En turbidez, la formazina es el único estándar primario verdadero reconocido y todos los demás estándares se remontan a la formazina. Además, los algoritmos y las especificaciones de los instrumentos para turbidímetros deben diseñarse en torno a este estándar primario.

Los métodos estándar definen ahora los estándares secundarios como aquellos que un fabricante (o una organización de pruebas independiente) ha certificado para obtener resultados de calibración de instrumentos equivalentes (dentro de ciertos límites) a los obtenidos al calibrar un instrumento con estándares de formazina preparados por el usuario (estándares primarios). Existen diversos estándares adecuados para la calibración, incluyendo suspensiones comerciales de 4000 NTU de formazina, suspensiones estabilizadas de formazina (Estándares de Formazina Estabilizada StablCal™, también conocidos como Estándares StablCal, Soluciones StablCal o StablCal) y suspensiones comerciales de microesferas de copolímero de estireno-divinilbenceno.